¿Sabías que puedes crear abono orgánico de primera calidad en tu propio hogar? Tan solo necesitas un recipiente, un lugar protegido del sol y los restos orgánicos que se generan en el día a día, como sobras de frutas y verduras, posos de café u hojas secas. Después, solo tienes que dejar que los microorganismos hagan su trabajo y en pocos meses obtendrás un compost oscuro y terroso estupendo para abonar las macetas de tu hogar.
Durante siglos, los agricultores utilizaron estos restos orgánicos para mantener la fertilidad de sus campos. Esta práctica se basaba en imitar los procesos de la naturaleza de descomposición y reciclaje orgánico de la materia en el suelo, donde los nutrientes se liberan y vuelven a ser absorbidos por las plantas.