Dos empleados trabajando en Inteligencia Artificial

¿Cuáles son los retos de la Inteligencia Artificial?

La importancia del conocimiento humano en el uso de la inteligencia artificial

La Unión Europea se ha convertido en la primera región del mundo en aprobar una ley sobre el uso de la inteligencia artificial (IA), que pone el foco en la protección de los derechos fundamentales, pero sin frenar el desarrollo de una tecnología que va a ser esencial no solo para la innovación y el progreso económico del continente, sino para la creación de empleo.

La Inteligencia Artificial (IA), esa capacidad de las máquinas de reconocer patrones y hacer predicciones o creaciones basadas en datos y aprendizaje, es una de las disciplinas que más talento va a demandar en esta época de digitalización. En contra de algunas predicciones, un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que la implementación de la IA en las empresas y la sociedad creará más empleo del que destruirá y romperá los límites -lo está haciendo ya- de la medicina, la educación, la administración pública o la industria.

Los modelos de IA, que según Goldman Sachs podrían llegar a impulsar el PIB mundial un siete por ciento anual durante un período de diez años, están empezando a acelerar rápidamente el progreso científico. En 2022, por ejemplo, se utilizaron para ayudar a cuestiones tan relevantes y diversas como acelerar la producción de hidrógeno renovable, mejorar la eficacia de los asistentes por voz o generar anticuerpos para nuevas vacunas. 

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Los nuevos perfiles profesionales cada vez son más multidisciplinares. Yo trabajo con periodistas, con químicos, farmacéuticos, ingenieros o biólogos como yo mismo. Al final se necesitan una serie de capacidades muy concretas para trabajar en IA y no son capacidades que forzosamente se vayan a adquirir durante una licenciatura”.

José Seoane
Repsol Technology Lab
José Seoane

Eso sí, la IA requerirá nuevas formaciones y habilidades distintas a las actuales, como ha ocurrido a lo largo de la historia en los distintos procesos de revolución industrial. A priori, desarrolladores de software, hardware, ingenieros y científicos reúnen gran parte de las habilidades demandadas para esta tecnología, una de cuyas principales ventajas es que permite automatizar tareas rutinarias y liberar el talento para dedicarlo a otras funciones más creativas. 

Pero la IA no es una solución aislada, debe integrarse con otras tecnologías ya existentes para poder aprovechar todo su potencial. Por eso, los expertos coinciden en el valor de contar con equipos diversos, formados por personas provenientes de distintas especialidades (ingenieros de datos, arquitectos cloud, científicos de datos, gestores de proyectos, …), que deben tener como rasgo común una buena base en estadística y machine learning. Su carácter multidisciplinar permitirá sacar el máximo partido a una herramienta de conocimiento en la que, además, las visiones humanísticas también serán fundamentales y donde siempre serán necesarios expertos en las materias a las que se quiera aplicar la IA, en campos tan relevantes como la medicina, la educación, la sostenibilidad, la agricultura o el transporte.

Laboratorios potenciados con IA

Los expertos coinciden en el valor de contar con equipos diversos, formados por personas con distintas visiones y especialidades, para sacar el máximo partido de esta herramienta

Desde un laboratorio en Repsol Technology Lab en el que conviven robots y personas con diversas formaciones, queda claro que la implementación de la IA requiere una suma de conocimientos de lo más variopinto. “Los nuevos perfiles profesionales cada vez son más multidisciplinares. Yo trabajo con periodistas, con químicos, farmacéuticos, ingenieros o biólogos como yo mismo. Al final se necesitan una serie de capacidades muy concretas y no son capacidades que forzosamente se vayan a adquirir durante una licenciatura”, explica José Miguel Seoane, licenciado en Biología y Ciencias Ambientales y que aplica la IA a procesos de investigación para acelerar la transición energética. 

Tras dedicar parte de su carrera a estudiar algo tan específico como la vida del galápago leproso (Mauremys leprosa), Seoane reorientó su formación hacia la biotecnología ambiental para descubrir posteriormente que podía aplicar sus conocimientos en microorganismos a la investigación en el ámbito de la industria. La clave fue dotar a sus investigaciones de una visión más integral, que incluyese también criterios tan alejados de la ciencia como los económicos o los administrativos. “Yo era un biólogo súper especializado, pero hoy me considero mucho mejor científico y técnico de lo que era cuando llegué”, señala en relación con la suma de conocimientos que aplica en el desarrollo de un laboratorio autónomo donde, gracias a la IA y a la robótica, analiza posibles usos de los residuos con una eficacia exponencialmente superior. 

En este laboratorio, el conocimiento experto del equipo se potencia con inteligencia artificial para integrar y escalar soluciones que, por ejemplo, han permitido acelerar notablemente el desarrollo de los combustibles renovables a partir de residuos orgánicos como el aceite de cocina usado o los desechos de la agricultura y la ganadería, que van a ser clave para reducir las emisiones de CO2 en todos los sectores del transporte.

Una profesión de futuro

Pantallas en Technology Lab

Diversos estudios confirman hoy el impacto positivo que este sector va a tener en la creación de empleo. En su Informe sobre el Futuro del Empleo 2023, el Foro Económico Mundial estima que los trabajos de mayor proyección futura tienen que ver con la ciencia de los datos y la inteligencia artificial. En concreto, la entidad señala que los especialistas en IA y aprendizaje automático, los analistas y científicos de datos y los especialistas en transformación digital son las funciones emergentes más destacadas, con casi tres millones de puestos de trabajo previstos en los próximos años.

En España, Infojobs estimaba en noviembre que en 2023 los trabajos relacionados con la Inteligencia Artificial habían aumentado un 20 por ciento, con 2.800 ofertas relacionadas con esta tecnología. “La inteligencia artificial está favoreciendo la aparición de nuevas profesiones ligadas a las tecnologías e impulsando nuevas oportunidades laborales en distintos sectores”, señala el servicio de estudios de este portal de empleo.

Y las previsiones para los próximos años siguen la misma línea. Según el estudio “Diagnóstico de talento en Data e Inteligencia Artificial” elaborado por IndesIA, una asociación formada por nueve grandes compañías que pretende posicionar a España como referente en el uso de los datos y la inteligencia artificial en toda la cadena de valor de la industria. Nuestro país va a demandar 90.000 profesionales de estas especialidades hasta 2025, una de las brechas de conocimiento más relevantes del momento, lo que está llevando a las empresas a reclutar nuevos talentos y realizar labores de capacitación y formación entre sus empleados. 

 

Científica en un laboratorio de Repsol

“No hay una sola forma de llegar ni un tipo de estudios específicos”, explica José Miguel Seoane cuando se le pregunta por la formación que van a necesitar estos profesionales para trabajar en IA. “Hoy no hay estudios estructurados que te permitan adquirir todas las capacidades que demanda el mercado, de ahí que sea importante sentar unas buenas bases apoyándose en la formación online y en concursos como los organizados en Kaggle, la mayor comunidad de data science del mundo, que te permiten poner a prueba tus habilidades”.

Los expertos coinciden en el valor de la diversidad de conocimiento en el ámbito de una tecnología que, pese al nivel de perfección de algunos modelos de IA, requerirá siempre la intervención humana para eliminar sesgos, corregir patrones basados solo en estadísticas o incluir cuestiones de carácter ético. “En ninguna otra especialidad necesitamos más una brújula ética que en la inteligencia artificial”, explica la UNESCO por boca de Gabriela Ramos, subdirectora General de Ciencias Sociales y Humanas. “Estas tecnologías de utilidad general están remodelando nuestra forma de trabajar, interactuar y vivir. El mundo está a punto de cambiar a un ritmo que no se veía desde el despliegue de la imprenta hace más de seis siglos”.

Capacitación en IA generativa

La formación en este campo resulta aún más necesaria a raíz del auge de la inteligencia artificial generativa que, gracias al uso del lenguaje natural en cualquier idioma, permite a personas no especialistas crear textos, imágenes, vídeo, audio e incluso programación de manera autónoma. El informe “Diez tecnologías para impulsar España” elaborado por un grupo de destacados científicos españoles para la Fundación Rafael del Pino constata el potencial transformador de esta tecnología, que ha multiplicado la velocidad de entrenamiento de los modelos matemáticos o el número de patentes, pero también la necesidad de mejorar la calidad de la información, la ciberseguridad o los aspectos éticos.

Inteligencia artificial en el transporte
Dos técnicos trabajando con IA en un laboratorio
Imagen mano robotizada y mano humana tocando un cerebro

Para sacar el mayor partido posible a la IA generativa, empiezan a surgir iniciativas pioneras como el Centro de Competencia de Repsol, en el que más de 50 profesionales de distintos perfiles analizan cómo aplicar esta tecnología para acelerar la transformación digital de la compañía e impulsar la transición energética. Científicos, ingenieros de datos, expertos en ciberseguridad y especialistas en materias tan diversas como legal, auditoría, gestión de personas o compliance forman parte de un equipo multidisciplinar que garantiza la implementación de modelos responsables y seguros de IA generativa y proporciona a sus compañeros herramientas digitales para aumentar sus capacidades y nivel de autonomía.

Al margen de formaciones relacionadas con la tecnología y la ciencia, disciplinas de carácter humanístico tan alejadas en teoría de la IA como el derecho, la filosofía, el lenguaje, la psicología o incluso la educación están alcanzando una relevancia inédita en este campo en los últimos años, particularmente a partir del reciente desarrollo de la IA generativa. 

“Es importante contar con profesionales capaces de guiar o enfocar los productos a los que se aplica la IA desde una perspectiva más cercana a la mente y el entendimiento humano”, explica María Cuesta Pérez, una de las primeras licenciadas en lingüística computacional en la Complutense de Madrid. Su trabajo consiste en aunar el lenguaje y la computación para facilitar el entendimiento entre materias puramente científicas, como el álgebra o la programación, y el lenguaje humano, lo que permitirá trasladar nuestros conocimientos a un algoritmo. “Si lo que pretende la IA es simular de la mejor manera posible la inteligencia humana, es imprescindible contar con especialistas reales para conseguirlo”, asegura. 

Estudios relacionados con la computación, matemáticas y estadística, algoritmos de aprendizaje, software o ética son algunas de las opciones para aproximarse a este prometedor futuro profesional, donde además será clave contar con equipos formados por personas de diferentes áreas de conocimiento para enriquecer la gestión de los proyectos.  “Es un campo interdisciplinario, por lo que también es útil tener habilidades de trabajo en equipo, capacidad de adaptación y curiosidad por aprender constantemente nuevas tecnologías y enfoques”, nos dice la IA generativa de lenguaje natural ChatGPT preguntada al respecto.