Disponer de energía fiable es fundamental para nuestro día a día: todas nuestras actividades, desde cocinar o calentar agua en el hogar hasta la industria, las infraestructuras, la educación, las comunicaciones o la medicina requieren de energía para funcionar sin incidencias.
Por eso, el ODS 7 busca garantizar el acceso universal a una energía asequible, segura y moderna, para mejorar las condiciones de vida de millones de personas. También contempla la necesidad de aumentar la proporción de los tipos de energía renovable que se utiliza y mejorar la eficiencia energética en general. Para esto, la cooperación internacional es imprescindible a la hora de promover la inversión e investigación en energías con baja huella medioambiental e infraestructuras energéticas, por un lado, e impulsar la mejora de las instalaciones y la tecnología en los países menos desarrollados, por otro.