Cuando se observa un mapa, las costas de África y Sudamérica parecen piezas de un puzzle, encajan casi a la perfección. La imagen nos devuelve su historia geológica. Hace 120 millones de años ambos continentes formaban parte de uno llamado Gondwana que se separó por la irrupción del Océano Atlántico, dejando una sedimentación muy similar frente a ambas costas. Por eso, los geólogos piensan que el petróleo hallado en el presal brasileño puede tener su réplica al otro lado del océano.
Los paleontólogos fueron los primeros en hablar de Gondwana. Habían encontrado fósiles de especies como el Mesosaurus, un reptil de agua dulce, a ambas orillas del Atlántico Sur y eso sólo era posible si alguna vez los dos continentes habían estado unidos. Los geólogos también encontraron los mismos tipos de rocas y de lineamientos estructurales. Pero faltaba por explicar cómo América del Sur y África rompieron el puzzle del que una vez formaron parte.
La dinámica de la Tierra
Hubo que esperar hasta los años 60 para encontrar una explicación científica: “Fue gracias a la Tectónica de placas, una teoría que ha sido para la geología una revolución equivalente a lo que fue la teoría de Darwin para los biólogos”, explica Marcos Mozetic, geólogo y Director Ejecutivo de Exploración de Repsol.
La Tectónica de placas explica por qué la corteza terrestre se mueve. La corteza, que se asienta sobre una parte flexible llamada manto, es más rígida y está fracturada en placas tectónicas. Los movimientos entre estas placas son continuos. Al principio, esta teoría encontró fuertes resistencias. “Todos queremos vivir en una cosa estable y no que nos digan que el sitio donde vivimos se mueve todos los días”, bromea Mozétic. Las placas tectónicas se desplazan unas respecto a otras una media de 2,5 cm al año, el equivalente a lo que crecen las uñas de las manos.
“De pronto, todo cuadraba y entendíamos por qué existen las montañas, los océanos, los volcanes o los terremotos. Y una cosa que nos interesa mucho a quienes nos dedicamos a la exploración petrolera: por qué existen las cuencas sedimentarias, que es donde se encuentran los hidrocarburos”.
Gondwana se rompe
Hace 128 millones de años, en el Cretácico Inferior, las placas africana y sudamericana comenzaron a separarse. Ahora sabemos que entre lo que hoy es Brasil y el oeste de África se formó un gigantesco lago marino en que el que se dieron las condiciones óptimas para el nacimiento y la conservación del petróleo: aguas cerradas, ambiente anóxico, materia orgánica depositada y… sal para conservar la fórmula.
“El paso siguiente fue cuando se comenzó a abrir el océano Atlántico” prosigue Mozetic “pero la sal ya estaba depositada bajo el fondo marino. Y la sal es absolutamente impermeable y el mejor preservador del petróleo”.
La sal, la mejor aliada del petróleo
“Hasta hace poco se decía: ¿cuál es la diferencia entre los países de Oriente Próximo y otros países ricos en petróleo? Hoy podemos decir que es la sal. Irán, Irak, Arabia Saudí tienen todos un manto muy grande de sal que preservó gran parte del petróleo y evitó que se degradara y escapara. Aquí ocurrió lo mismo. El pre-salino es interesante porque todo el petróleo generado está abajo. El problema es buscarlo y sacarlo”.
Los geólogos de Repsol quieren llevar ahora al oeste de África los conocimientos adquiridos en las aguas profundas de Brasil, donde la compañía ha realizado en los últimos años varios de los mayores hallazgos del mundo de petróleo y gas. El reto tecnológico es enorme. Sirva como ejemplo el último gran descubrimiento de Repsol en el presal brasileño, donde el petróleo está bajo una lámina de agua de más de 2.000 metros de profundidad.
Allí, las hipótesis de los geólogos se han confirmado: “En Brasil ha sido la tecnología, la posibilidad de explorar aguas profundas pero también la certidumbre de que ahí se daban las condiciones”. Hasta los años 70 se pensaba que los centros de las cuencas marinas no eran prospectivos. Pero entonces se confirmó el mecanismo que lleva sedimentos de buena calidad para almacenar petróleo desde las costas al fondo del mar. “Y esto es lo que realmente cambió el panorama petrolero de Brasil”.
África del Oeste también tiene su pre-salino
Ahora todas las miradas están puestas en las costas africanas. “¿Por qué estamos ahí? Sabemos ya que hay grandes reservas descubiertas en Brasil. También hay grandes reservas descubiertas en el Delta del Níger o en Angola. Pero la gran diferencia es lo que se ha descubierto en los últimos 10 años, cuando se han empezado a explorar los presalinos en las aguas profundas”.
La respuesta está mar adentro, en las plataformas continentales. La prospección se centra en las zonas de África que estaban frente a las cuencas de Santos y Campos (Brasil) antes de que Gondwana se rompiera. Lo que hoy es Angola y la costa Sur de Gabón. “Existen fuertes similitudes entre las imágenes sísmicas de Sudamérica y África, por lo que se piensa que puede existir allí un volumen parecido a los 45 billones de barriles que existen en Brasil”.
Repsol ha entrado ya en tres de los once bloques que se han sacado a licitación en el presalino de Angola. Los tres están situados en la cuenca de Kwanza, que los geólogos ven como la continuación de su prolífica gemela, la cuenca brasileña de Santos. El servicio geológico de EEUU estima que Angola puede albergar, como mínimo, unas reservas de 30.000 millones de barriles de petróleo. Unos recursos equivalentes a las reservas de Nigeria o Catar. "Hemos probado nuestro modelo subsalino en Brasil, y conseguimos grandes resultados. Así que es un concepto que merece explorarse más", afirma Marcos Mozetic.
Localizando el petróleo del futuro
Terminada la era del petróleo fácil, los yacimientos hay que buscarlos hoy en lugares cada vez más recónditos, más profundos y de más difícil acceso. La exploración se basa en los cálculos de los geólogos y la historia de la Tierra les ayuda a saber qué buscar y dónde. “Nosotros intentamos usar la geología para poner un poco de inteligencia, aunque no podemos aportar certezas, porque riesgos vamos a correr siempre”.
Gracias a esos conocimientos, la industria petrolera ha dado en los últimos años pasos de gigante.
Teorías como la tectónica de placas siguen dando frutos. Los geólogos saben que África se está partiendo en dos y su parte oriental se separa del cuerpo del continente por la zona de los Grandes Lagos. Una nueva fractura ya está en marcha y se reproducen las condiciones que han producido petróleo en otras partes del globo terrestre. “Estamos en esa etapa que es favorable para la acumulación de ‘roca madre’ que permite la generación de petróleo. Hay grandes lagos, ambiente anóxico, preservación de materia orgánica y ya hay soterramiento suficiente para su generación. Por eso es que Uganda tiene petróleo”.
“Es interesante poder vivir esto”, concluye Mozetic, “cómo una cuestión teórica que todavía estaba en discusión en los años 60 hoy en día está comprobada y todas las hipótesis iniciales se han comprobado en sitios como Uganda”. La nueva ruptura de Gondwana tardará millones de años, pero el petróleo ya está naciendo.
Última actualización: junio 2011