Cómo funciona el aire acondicionado

Confort eficiente, tecnología avanzada.

Aplacar el rigor de los calores estivales a golpe de aire acondicionado se ha convertido en una opción cada vez más frecuente. Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, se prevé que el consumo de energía para refrigeración de espacios se duplique en 2050 y las cifras de Eurostat revelan que más del 63% de las necesidades energéticas de los hogares de la UE tienen que ver con los sistemas de calefacción. 

Apostar por equipos cada vez más eficientes, esto es, capaces de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos, es un buen punto de partida, aunque no el único. Otros sistemas, como la aerotermia, llevan tiempo haciéndose un hueco en el mercado de la climatización. Entender cómo funcionan las distintas opciones de climatización y analizar las necesidades particulares de cada hogar es clave para dar con la solución más recomendable. 

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¿Cómo funciona un aire acondicionado?

Por conductos, portátiles, tipo split… Existen distintos sistemas de climatización, pero todos comparten un mismo principio que da respuesta a la cuestión de cómo funciona un aire acondicionado. Básicamente todos ellos utilizan un ciclo de refrigeración que permite extraer el calor de un espacio y expulsarlo al exterior. Para conseguirlo, además de un gas refrigerante, intervienen distintos componentes cada uno de los cuales cumple una función:

  • Compresor. Es el “corazón” del sistema. Se encarga de comprimir el gas refrigerante que, al ser presurizado, aumenta su temperatura. La eficiencia del compresor determina cuánto trabaja para mantener la temperatura deseada lo que influye directamente en el consumo energético del aire acondicionado.
  • Condensador. Una vez que el gas está comprimido, se transfiere al condensador, donde libera calor al ambiente exterior y se condensa en forma líquida. Como ocurre con el compresor, el diseño y los materiales de este segundo componente también afectan a la velocidad con la que el sistema puede enfriar el gas refrigerante y, en consecuencia, a la eficiencia general del sistema.
  • Válvula de expansión. Aquí, el líquido refrigerante se somete a una rápida disminución de presión, bajando su temperatura antes de pasar al evaporador. En esencia, lo que hace esta parte del sistema es ‘estrangular’ el gas. 
  • Evaporador. Finalmente, el refrigerante pasa al evaporador, donde absorbe el calor del aire interior, enfriándolo. Así, el aire frío es impulsado al interior del espacio mientras que el gas refrigerante vuelve al compresor para iniciar nuevamente el ciclo. 
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Aerotermia: funcionamiento y características

Entender cómo funciona el aire acondicionado resulta esencial para conocer sus diferencias y similitudes con otro sistema de climatización que gana peso en el sector de la climatización: la aerotermia. Aunque utiliza algunos principios similares a los del aire acondicionado, esta última se caracteriza por ser una alternativa más eficiente y respetuosa con el medioambiente. ¿Por qué? Básicamente porque este sistema aprovecha la energía contenida en el aire (una fuente renovable) para generar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) que requiere un consumo mínimo de electricidad para funcionar.

El ciclo termodinámico de la aerotermia funciona mediante una bomba de calor, que capta y transforma la energía ambiental. Esa bomba de calor transfiere la energía del aire al fluido refrigerante que, a su vez, calienta el agua o el aire que se distribuye en el hogar a través de radiadores o suelo radiante, mientras que, en modo refrigeración, el sistema puede enfriar el aire y distribuirlo como un aire acondicionado. 

Esa capacidad de captar y transformar la energía del aire exterior explica, en buena medida, su mayor eficiencia con respecto a otros sistemas convencionales. La aerotermia utiliza hasta un 75% de energía procedente del aire exterior, combinada con un 25% de energía eléctrica lo que, en la práctica, se traduce en un ahorro en consumo energético. A esto habría que añadir la reducción de emisiones de CO2 y la minimización del impacto ambiental (al utilizar como fuente de energía el calor latente del aire). 

Eficiencia en los sistemas de climatización

La eficiencia de los sistemas de climatización viene avalada por índices como el SEER (Seasonal Energy Efficiency Ratio o escala de verano) o el SCOP (Seasonal Coefficient of Performance o escala de invierno), encargados de calcular el rendimiento de distintos sistemas como puede ser el aire acondicionado o la aerotermia. En base a ese rendimiento, por ejemplo, se les concederá una calificación que determinará la etiqueta energética que le corresponde. 

Sin embargo, poner en práctica las recomendaciones de los fabricantes o rodearse de los ‘aliados’ apropiados es fundamental para garantizar la eficiencia de los equipos. Algunas de las recomendaciones imprescindibles tienen que ver con:

  1. Integración con energías renovables.
    Tanto el aire acondicionado como la aerotermia pueden trabajar conjuntamente con paneles solares fotovoltaicos para abastecer su demanda eléctrica lo que, en la práctica, reduce el impacto medioambiental de los sistemas de climatizacion.
  2. Tecnologías de optimización.
    Los compresores inverter así como los termostatos inteligentes o los sensores de movimiento, por ejemplo, contribuyen a reducir el consumo energético al adaptar el funcionamiento del sistema según la demanda. Del mismo modo, las aplicaciones domóticas y de gestión de la energía del hogar también contribuyen a hacer un uso más eficiente de los sistemas, ya sea aerotermia o aires acondicionados, previendo consumos, permitiendo activarlos en remoto, programar modo eco….
  3. Acciones complementarias.
    En la tarea de optimizar los sistemas de climatización no solo es importante tener claro cómo funciona el aire acondicionado o cuáles son las ventajas de la aerotermia. También es fundamental saber que atendiendo a algunas cuestiones básicas es posible mejorar el rendimiento. Algo tan sencillo como evitar abrir puertas y ventanas cuando el aire acondicionado o el sistema de aerotermia esté en uso, o completar su funcionamiento con el uso de persianas o toldos, también contribuye a hacer un uso más eficiente de la energía. 

Eficiencia, consumo responsable y energías renovables

La evolución paulatina de los sistemas de climatización, en términos de eficiencia e integración con las energías renovables, es una realidad incontestable. No solo los consumidores se sienten cada vez más interesados en apostar por este tipo de equipos, también las compañías aportan sus tecnologías y experiencia para hacer de la climatización y el uso de la energía un sector cada vez más respetuoso con el medioambiente. 

El compromiso de Repsol con la eficiencia energética y el consumo responsable de la energía forma parte de nuestra Estrategia de Transición Energética. Nuestros proyectos abarcan desde iniciativas encaminadas al desarrollo e integración de tecnologías de energía renovable, como la aerotermia o los paneles solares, hasta el impulso de soluciones que promueven el consumo energético responsable y optimizado. 

A través de la aplicación Vivit, por ejemplo, ayudamos a los usuarios a gestionar y reducir su consumo eléctrico de manera eficiente. La herramienta no solo permite monitorizar el gasto energético, sino que también sirve para establecer objetivos de consumo y obtener recomendaciones personalizadas para mejorar la eficiencia energética en el hogar.