una mujer rellena tarros con productos comprados a granel, un ejemplo de consumo responsable

Consumo responsable: qué es y qué beneficios tiene

Más allá del consumismo: un nuevo enfoque

Tiempo de lectura: 8 min

En 2050, se espera que la población mundial alcance los 9.600 millones de personas. Esto es una excelente noticia para el aumento de la prosperidad, pero incrementará el consumo y la generación de residuos, lo que contribuye notablemente a la aceleración del cambio climático. El consumo responsable es una actitud que implica la toma de decisiones sobre los productos que se compran, considerando sus beneficios ambientales, sociales y económicos.

¿Qué es el consumo responsable?

El consumo responsable tiene como objetivo integrar los aspectos sociales, ambientales y éticos en las decisiones de compra. Así, los consumidores comprometidos con este modelo son personas informadas que buscan minimizar el impacto medioambiental con sus acciones y ejercer un efecto positivo en la sociedad.

Frente al consumo excesivo, la compra responsable se guía por los siguientes principios:

Reducción: el usuario trata de limitar el consumo, valorando la necesidad de algunas compras.
Eficiencia energética: además, busca productos eficientes, de bajo consumo, que puedan reutilizarse o reciclarse.
Evitar efectos negativos en el medioambiente: por último, revisa que los componentes no tengan un efecto negativo en el medioambiente, una vez finalice la vida útil del artículo.

La economía lineal de «usar y tirar» tiene consecuencias medioambientales, ya que favorece la generación de residuos. Estos desperdicios se van descomponiendo en condiciones anaerobias generando metano (CH₄), CO₂ y otros gases que favorecen el calentamiento global y, en consecuencia, el cambio climático. El tránsito de un modelo de economía lineal hacia uno circular puede mitigar estos efectos negativos del consumo. Hasta el momento, las acciones para fomentar la economía circular en Europa se habían centrado, sobre todo, en la producción responsable y en el papel de las empresas e industrias, desplazando el rol del consumidor, imprescindible en esta transición hacia un modelo económico de desarrollo más responsable.

Características del consumo responsable

El consumo responsable es una práctica se basa en una serie de características que reflejan un compromiso consciente con el medioambiente, la sociedad y las generaciones futuras. Estos son algunos:

Consciente y reflexivo: Se basa en decisiones bien pensadas, priorizando necesidades reales sobre impulsos o influencias externas como la publicidad.
Crítico con el origen: Analiza las condiciones en que se producen los bienes, considerando factores sociales, laborales y medioambientales.
Ético y responsable: Promueve valores como el respeto a los derechos humanos, el entorno natural y la justicia en las relaciones comerciales.
Solidario y justo: Apoya el bienestar de comunidades vulnerables y asegura recursos para las generaciones futuras.
Empoderador: Otorga a cada compra un valor social, haciendo del consumo un acto que refuerza los principios de ciudadanía activa.

Beneficios del consumo responsable de los recursos naturales

Adoptar hábitos de consumo responsable es clave para garantizar el bienestar del planeta y de las generaciones futuras. A continuación, te presentamos los principales beneficios del consumo responsable:

Salud

El consumo de productos frescos de temporada favorece la producción de alimentos con un alto valor nutricional, así como la regeneración de las tierras de cultivo y pastizales.

Reducción de emisiones de CO₂

La compra de productos locales minimiza las emisiones derivadas del transporte y fortalece la infraestructura local.

Menor generación de residuos

Las iniciativas de consumo responsable limitan la generación de residuos, apostando por embalajes biodegradables o elaborados con materiales reciclados.

Económicos

Los productos fabricados de acuerdo con los principios del consumo responsable son más eficientes, por lo que contribuyen al ahorro económico.

Hábitos de consumo responsable

Si queremos contribuir para frenar el cambio climático es conveniente adquirir hábitos de consumo responsable: gobiernos, empresas y sociedad.

Consumir productos de proximidad

Los productos de proximidad o de kilómetro cero evitan las emisiones de CO₂ de la refrigeración o el transporte y contribuyen a impulsar la economía local. Desde la administración se puede incentivar el consumo de cercanía emitiendo vales de descuento para canjear en los comercios de la ciudad.

Utilizar energías renovables

Promover el empleo de fuentes de energía renovables contribuye a la transición energética y al uso eficiente de nuestros recursos naturales. Además de esto, es importante hacer un uso responsable de la energía, reduciendo el consumo innecesario y apostando por compañías que apliquen criterios de eficiencia en toda la cadena de valor.

coche recargando en un punto de carga eléctrica de Repsol

Movilidad

El uso del transporte público o la bicicleta o de micromovilidad va más allá de los beneficios ambientales, ya que contribuye a mejorar la movilidad en las ciudades y a elevar el índice de calidad de vida de los ciudadanos. Otras alternativas de movilidad urbana, como el carsharing, contribuyen a descongestionar el tráfico, ahorrando los gastos derivados de mantener un vehículo privado.

un smartphone mostrando una calificación de eficiencia energética

Revisar la etiqueta ecológica

Consultar el etiquetado de los productos que vamos a adquirir es esencial para conocer si han sido elaborados respetando criterios responsables en toda la cadena de valor. Asimismo, el certificado de eficiencia energética evalúa las particularidades energéticas de un edificio, además de saber qué electrodomésticos consumen más energía.

Repsol y el consumo responsable

En Repsol estamos alineados con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y contribuimos a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Así, nuestro Plan Estratégico incorpora una apuesta por la innovación y la tecnología como herramientas para dar respuesta a la transición energética y a un modelo de economía circular.

Como empresa multienergética, esta es nuestra contribución a los ODS de las Naciones Unidas:

Trabajo decente y crecimiento económico: contribuimos al desarrollo económico y social, apostando por el empleo de calidad, seguro e inclusivo en toda nuestra cadena de valor. Actualmente, proporcionamos empleo directo a más de 24.000 profesionales de más de 70 nacionalidades.
Acción por el clima: impulsamos la eficiencia de nuestros procesos productivos para contribuir a un futuro de bajas emisiones de carbono compatible con el Acuerdo de París.
Energía asequible y no contaminante: apostamos por proporcionar energía y tecnologías menos contaminantes, más accesibles y seguras que ayuden al desarrollo económico y social. Los nuevos objetivos de la compañía prevén un aumento del 60 % de la capacidad instalada de generación renovable en 2030, hasta alcanzar los 20 GW. En 2025, el nuevo objetivo de capacidad instalada se sitúa en 6 GW.
Agua limpia y saneamiento: trabajamos en una gestión integral del agua para aumentar la eficiencia en el uso de los recursos hídricos a través de nuestra herramienta Repsol Water Tool.
Industria, innovación e infraestructura: promovemos la búsqueda de nuevos caminos para generar una energía más eficiente, impulsando la innovación desde nuestro Repsol Technology Lab.
Producción y consumo responsable: aspiramos a gestionar de forma integral y racional todos los recursos naturales, los procesos y residuos generados de nuestra actividad a lo largo de toda la cadena de valor. Además, promovemos el consumo responsable entre nuestros clientes, mediante iniciativas como Waylet, Vivit e impulsamos la economía colaborativa mediante servicios de carsharing como WiBLE.

Fomentamos el consumo responsable con iniciativas como Wible

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