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Comunicación asertiva: firmeza, seguridad y respeto

El arte de comunicar

Dominar el arte de hacer saber algo a alguien o, lo que es lo mismo, comunicar ideas de manera efectiva es un pilar fundamental en el día a día de cualquier organización. Pero hay muchas maneras de transmitir un mismo mensaje, intercambiar opiniones o, sencillamente, consultar con otros cualquier asunto. Encontrar la fórmula más acertada es clave para crear un entorno de trabajo en armonía capaz de impulsar la productividad y una de las herramientas más efectivas para lograrlo es apostar por la comunicación asertiva

Esta forma de interacción permite que cada miembro del equipo exprese sus ideas y necesidades de manera clara y respetuosa, algo que, en la práctica, mejora la colaboración y la eficiencia interna. La comunicación asertiva en el trabajo minimiza los malentendidos, reduce los conflictos y promueve una cultura de respeto y entendimiento mutuo que, en el seno de cualquier organización, puede marcar la diferencia entre un equipo cohesionado y eficiente y uno desorganizado y conflictivo. 

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¿Qué es la comunicación asertiva?

La firmeza y la seguridad no están reñidas con el respeto a los demás. Esa es la base sobre la que se asienta la comunicación asertiva, un estilo de comunicación en el que cualquier persona puede expresar sus opiniones, sentimientos o necesidades de manera clara, directa y respetuosa. A diferencia de otros estilos de comunicación como la agresiva- que puede ser dañina y origen de conflictos-, o la comunicación pasiva- que puede llevar a la frustración o el resentimiento-, la comunicación asertiva busca un equilibrio. Se trata de defender las opiniones y criterios propios pero respetando los de los demás, promoviendo así un diálogo abierto que mejora y enriquece el clima laboral. 

También resulta interesante tener claro que existen diferentes tipos de comunicación asertiva. En este sentido hablamos de comunicación asertiva:

Los 4 tipos de comunicación asertiva

También resulta interesante tener claro que no siempre nos expresamos de la misma forma. Según la situación, las personas podemos adoptar diferentes estilos de comunicación que influyen en cómo transmitimos nuestras ideas y cómo nos perciben los demás. En este sentido, hablamos de cuatro tipos de comunicación asertiva:

  1. Directa.
    Se centra en expresar pensamientos y sentimientos de manera clara y sin rodeos. Es útil cuando necesitamos resolver un problema rápido y evitar malentendidos, aunque requiere cuidar el tono para no sonar brusco.
  2. Empática.
    Busca un equilibrio entre defender nuestras propias ideas y respetar las necesidades de la otra persona. Este estilo fomenta la comprensión mutua y fortalece las relaciones personales y profesionales.
  3. Pasiva.
    Se caracteriza por evitar el conflicto, expresando opiniones de forma tímida o incluso quedándose en silencio. Aunque a corto plazo puede parecer más cómodo, a la larga puede generar frustración y hacer que otros no valoren nuestras necesidades.
  4. Agresiva.
    En este tipo de comunicación la persona expresa lo que piensa o siente de manera firme, pero sin tener en cuenta los sentimientos de los demás. Puede ser eficaz para marcar límites de forma inmediata, pero si se utiliza en exceso puede deteriorar las relaciones.

Importancia de la comunicación asertiva: ventajas y beneficios en el trabajo

La importancia de apostar por este estilo de comunicación en las organizaciones va más allá de su capacidad para mejorar las relaciones interpersonales del equipo. Los diferentes tipos de comunicación asertiva aumentan la confianza y el respeto mutuo, al tiempo que permiten manejar mejor las críticas, convirtiendo potenciales conflictos en oportunidades para el crecimiento y la mejora. Pero vayamos por partes. 

  • Más colaboración. Un aspecto característico de la comunicación asertiva en el trabajo es la capacidad de practicar la escucha activa o, lo que es lo mismo, ser capaces de entender los puntos de vista de los demás y responder de manera empática. Cuando las personas se sienten escuchadas y respetadas, están más dispuestas a cooperar y trabajar en equipo lo que, a su vez, aumenta la eficiencia y la productividad de la organización mejorando la motivación laboral
  • Reducción de conflictos. La comunicación asertiva permite abordar los problemas de manera constructiva, evitando malentendidos e interpretaciones erróneas que podrían transformarse en resentimientos escalables hacia disputas mayores. Al expresar las opiniones y preocupaciones de forma clara y respetuosa, es más probable que se lleguen a soluciones consensuadas y satisfactorias para todas las partes involucradas.
  • Mejora del ambiente laboral. Además, la comunicación asertiva fomenta un ambiente de trabajo positivo y motivador. Cuando las personas que forman el capital humano de una empresa sienten que sus opiniones son valoradas y que pueden expresar sus ideas sin miedo, tienden a estar más comprometidas y satisfechas con su trabajo. Esto no solo mejora la sintonía del equipo, sino que también puede reducir la rotación de personal algo que, a la larga, también puede traducirse en un ahorro de costes para la empresa. 

¿Cómo desarrollar habilidades de comunicación asertiva?

  1. Practicar la escucha activa. 
    La escucha activa es una de las habilidades más importantes para poder poner en práctica una estrategia de comunicación asertiva. En esencia, se trata de prestar atención plena a lo que la otra persona está diciendo, sin interrumpirla, y mostrando interés. Escuchar, prestar atención al lenguaje corporal, el tono de voz, hacer preguntas o parafrasear lo que se ha entendido puede ayudar a asegurar una comprensión mutua.
  2. Utilizar el “yo” en lugar del “tú”. Este es, quizás, uno de los ejemplos de comunicación asertiva más fáciles de reconocer. Cuando hay que expresar una queja o una opinión diferente que choca con la de otra persona resulta muy útil plantear la conversación desde la propia perspectiva en lugar de culpar o criticar al otro. Por ejemplo, en lugar de decir “Nunca escuchas mis ideas”, se puede decir: “Siento que mis ideas no son escuchadas”, una diferencia de enfoque sutil que, sin embargo, puede reducir la actitud defensiva del interlocutor y dar pie a un diálogo más constructivo. 
  3. Ser conciso y directo.
    La claridad es fundamental en la comunicación asertiva. De poco o nada sirve dar rodeos cuando lo que el fin último es trasladar una idea que pueda resultar más o menos incómoda. Ser conciso acerca de lo que se necesita o se siente evita malentendidos y reduce los tiempos.  Por ejemplo, en lugar de hacer comentarios vagos o generales como, por ejemplo,  “Me gustaría que fueras más responsable”, es mejor ser directo y concreto y decir “Me gustaría que entregaras los informes a tiempo cada semana”.
  4. Mantener la calma.
    Tomarse un momento para respirar profundamente y pensar antes de responder puede ayudar a evitar decisiones poco constructivas y es que, aunque es natural ceder protagonismo a las respuestas emocionales en situaciones de conflicto, también es importante mantener la compostura para comunicarse de manera efectiva. De hecho, una actitud calmada puede ayudar a desescalar la tensión en una conversación difícil.
  5. Practicar la empatía.
    La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás o, lo que es lo mismo, ponerse en la piel del otro. En la comunicación asertiva aplicada al ambiente laboral esto significa reconocer y validar las emociones y puntos de vista de la otra persona. Decir algo como “Entiendo que esto es importante para ti” puede ayudar a tender puentes de entendimiento y colaboración. Trabajar la inteligencia emocional favorece las relaciones laborales impulsando así un mejor ambiente en el trabajo. 
  6. Aplicar la técnica del disco rayado.
    Consiste en repetir de manera calmada y constante un mismo mensaje, sin entrar en discusiones innecesarias ni perder la serenidad. Es especialmente útil cuando la otra persona insiste en desviar la conversación o presiona para obtener un “sí”. Mantener el mismo mensaje ayuda a dejar claro un límite sin necesidad de confrontación.
  7. Utilizar la técnica del banco de niebla.
    Se basa en aceptar con tranquilidad una parte del mensaje de la otra persona sin dejarse arrastrar por la crítica o el reproche. Por ejemplo, ante un comentario como “Siempre llegas tarde a las reuniones”, se puede responder “Es verdad que a veces no he sido puntual, pero estoy trabajando en mejorar ese aspecto”. De esta manera se desactiva la tensión, se reconoce lo que puede ser cierto y, al mismo tiempo, se mantiene la propia posición.

Ejemplos de comunicación asertiva en el trabajo

Ejemplo 1: Establecer límites con respeto

  • Situación: Un compañero te pide constantemente ayuda con tareas que no son de tu responsabilidad.
  • Respuesta asertiva: “Entiendo que necesitas apoyo y me gustaría ayudarte, pero ahora mismo estoy centrado en mis propios proyectos y no puedo encargarme de más tareas. Si quieres, podemos hablar con el jefe de equipo para ver cómo organizarnos mejor.”

Con esta respuesta reconoces la necesidad del otro, marcas un límite y propones una alternativa constructiva.

Ejemplo 2: Dar feedback sin generar conflicto

  • Situación: Un amigo del trabajo suele entregar informes con retraso, lo que afecta tu trabajo.
  • Respuesta asertiva: “Me gustaría comentarte algo sobre los informes. Cuando se entregan más tarde de lo previsto, se me complica cumplir con mis plazos. Si pudieras enviarlos en la fecha acordada, me ayudaría mucho a organizarme mejor.”

Aquí señalas el problema con hechos concretos, explicas el impacto y propones una solución, sin acusaciones ni críticas personales.

Repsol y la comunicación asertiva

En Repsol, tenemos claro que fomentar una comunicación clara y respetuosa permite a las personas expresar sus ideas y necesidades de manera constructiva, contribuyendo a un entorno laboral en el que cada uno puede ser su mejor versión, apoyándose y colaborando con el resto. Desde este punto de vista, la comunicación asertiva es una herramienta esencial que nos permite no solo crecer y aprender de los demás, sino colaborar para seguir avanzando.