Complejo industrial de Cartagena

Refino de última generación

La mayor inversión industrial en la historia de España ha convertido la refinería de Cartagena en una de las más avanzadas y con mayor capacidad de conversión del mundo. La ampliación del complejo permitirá elevar la producción hasta los 220.000 barriles de crudo diarios y abastecer de diésel y queroseno a un mercado español deficitario. Se asegura también el futuro de la planta industrial duplicando el número de empleos.

Tres años de trabajo y más de 3.000 millones de euros de inversión han permitido ampliar y adaptar la refinería de Repsol en Cartagena a las nuevas demandas del sistema de refino en España y hacerla más competitiva, “en producción, centrada ahora en los destilados medios; en eficiencia, siendo un referente europeo en medio ambiente y seguridad; y en calidad, creando combustibles de primer nivel con mínima incidencia en el entorno” explica José Luque, Director del Complejo.

Una dieta de crudos ampliada

Refino de última generación

La ampliación realizada por Repsol en el complejo industrial de Cartagena, en funcionamiento desde finales de 2011, supone un cambio drástico en la magnitud y complejidad de sus instalaciones. La puesta en marcha de 30 nuevas unidades permitirá duplicar la capacidad de destilación de la refinería y alcanzar un nivel de conversión superior al 90%.

 

“La refinería de Cartagena contaba con un esquema productivo muy sencillo, que sólo admitía crudos ‘dulces’, escasos y caros. Ahora, nuestra tecnología acepta casi cualquier crudo que transforma en combustibles ‘nobles’, de excelente calidad, y limpios” continúa José Luque. El grado de conversión de una refinería define su sofisticación tecnológica y también su rentabilidad. Cuanto mayor es su nivel de conversión, más margen para transformar crudos de diferentes calidades en productos finales de más valor.

Con las nuevas unidades, la refinería de Cartagena ha aumentado su capacidad de refino de crudos pesados del  6% al 70%. Algo que redundará en los márgenes de beneficio y también en la seguridad del suministro, porque los crudos pesados serán una fuente decisiva de hidrocarburos en los próximos años. Según la Agencia Internacional de la Energía, este tipo de crudos representan el 15% de los recursos de petróleo del mundo.

 

En un negocio en el que aprovechar hasta la última gota de crudo es clave, “la mejora del esquema de refino, basado tras la ampliación en la coquización retardada y el hidrocraqueo, dota a la planta de una gran capacidad de conversión”. Las nuevas instalaciones permiten transformar los excedentes que se generan en los sucesivos procesos de refino en productos comerciales, de forma que  “de cada barril, aprovechamos prácticamente toda la materia prima”.

Refino más eficiente y limpio

Además de que la refinería va a duplicar su capacidad de producción, la tecnología aplicada ha permitido reducir las emisiones de varios de los gases de efecto invernadero. Las cifras por tonelada procesada se han reducido en un 64% en óxidos de nitrógeno (NOx), un 68% en dióxido de azufre (SO2),  80% en Partículas y se ha logrado también “un impacto muy positivo en el balance global de emisiones de CO2”, prosigue Luque.

 

“Las nuevas plantas de recuperación de azufre están diseñadas para eliminar el 99,5% de este compuesto, superando las exigencias de la administración”. Este es un aspecto cada vez más importante porque el petróleo que se extrae en la actualidad tiene una cantidad creciente de azufre y las unidades de desulfuración evitan que la combustión de este compuesto en los motores produzca emisiones de SO2. 

 

Las nuevas instalaciones cuentan también con equipos de recuperación de energía como plantas de cogeneración o sistemas de aprovechamiento del calor residual de las calderas, que se emplean para producir el vapor necesario en otros procesos industriales. También el gas natural ha sustituido al fuelóleo como principal fuente de energía, lo que contribuye a la  reducción de emisiones a la atmósfera.

La refinería ha aumentado su capacidad de producción de destilados medios en 4,5 millones de toneladas al año, lo que reducirá las importaciones de estos combustibles en un 30%

Respuesta a un parque móvil diésel

Refinería

Los cambios en la demanda han impulsado la transformación de Cartagena. Su anterior esquema de refino, con elevada producción de fuelóleos y gasolina, ya no era competitivo. Con las nuevas instalaciones, la refinería concentrará su capacidad de producción en la obtención de destilados medios, es decir, diésel y queroseno

 

“Las razones son de respuesta al déficit del mercado nacional de diésel y queroseno. Nuestro parque vehicular es de diésel, producto del que el país importa alrededor de un tercio de lo que consume”, explica Luque. Tras la ampliación, la refinería aumenta su capacidad de producción de estos destilados medios en 4,5 millones de toneladas al año, lo que reducirá las importaciones españolas de estos combustibles en un 30%. 

El proceso de dieselización del parque automovilístico en España es una tendencia constante. Según los últimos datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2010 siete de cada diez coches matriculados fueron vehículos diésel, lo que representa más de la mitad de los turismos en circulación, por lo que el gasóleo de automoción se ha convertido en el producto derivado del petróleo más consumido en nuestro país. Hace 20 años, solo suponían un 10%.

 

También como respuesta a esta creciente demanda de destilados medios se ha construido un nuevo oleoducto que recorre los 360 kilómetros que separan la refinería de Cartagena del complejo industrial de Repsol en Puertollano. El oleoducto transporta queroseno y diésel “hasta el mercado de España de mayor consumo y más deficitario en estos productos, que es la zona centro del país, aumentando la eficiencia en el transporte de un elevado volumen de combustible”.

La refinería supone el 20% del empleo industrial de Cartagena. Además, su actividad genera unos 8.000 empleos inducidos

Impacto positivo en el empleo

Unas 22.000 personas han trabajo en las obras de ampliación, que han durado tres años. Una vez concluidas, la actividad que generan las nuevas unidades “no sólo asegura los más de 800 puestos de trabajo que existían antes de la ampliación –y que sin ella se hubieran perdido- sino que los duplica”. Actualmente, la refinería de Cartagena genera 800 empleos directos y otros 800 en empresas auxiliares

 

La refinería supone el 20% del empleo industrial de esta comarca murciana y, según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Cartagena, “los empleos inducidos que generaría nuestra actividad rondarían los 8.000”.  La consolidación de este polo industrial también tiene un efecto llamada sobre otras empresas “que se abastecen con nuestros productos. Un ejemplo de esto es la próxima instalación de una planta de lubricantes de tercera generación en el Valle de Escombreras, junto a la refinería de Repsol”. 

 

La ampliación del complejo industrial supondrá también un incremento del 65% del tráfico portuario de Repsol, que dispone de ocho atraques en el puerto de Cartagena capaces de albergar petroleros con capacidad para transportar en sus bodegas hasta 2 millones de barriles de crudo. 

 

Jose Luque destaca que la inversión para concluir las obras de Cartagena se ha mantenido a pesar de la situación de crisis económica global, en respuesta “al compromiso de Repsol con la realidad de los entornos en los que opera y a su filosofía de reinversión en el avance tecnológico”.

Última actualización: septiembre 2013

Descargas