Un nuevo título mundial y más de 100 victorias en Grandes Premios avalan al equipo Repsol en MotoGP. Químicos e ingenieros trabajan durante todo el año para dar con la fórmula del mejor combustible de competición. Los expertos de Repsol ultiman ya el carburante para la nueva Honda de 1.000cc. La tecnología y el conocimiento acumulados en los circuitos más exigentes acaban después en los surtidores de las gasolineras.
Los combustibles y lubricantes que utilizan los equipos patrocinados por Repsol en las distintas categorías del Mundial de Motociclismo o en los campeonatos de trial son específicos de cada competición. Pero también tienen algo en común: son diseñados y elaborados por un grupo de siete investigadores en el Centro de Tecnología Repsol de la localidad madrileña de Móstoles.
Allí se fabricó la que ha sido considerada la mejor gasolina de 2 tiempos de la historia de la competición y con la que Marc Márquez ganó el año pasado el mundial de 125cc. Los investigadores de Repsol llevan trabajando desde mediados de los años 90 en la elaboración de estos carburantes especiales. Sólo el ’saber hacer’ adquirido en estos años y el acceso a la última tecnología permiten a este equipo competir a nivel global.
“Entre nosotros decimos que tenemos dos campeonatos. En uno luchamos con las otras petroleras para ver quién consigue estar, por ejemplo, con Honda, que es el fabricante de motocicletas número uno y el que más campeonatos ha ganado”, cuenta Santiago Maroto, investigador del Laboratorio de Motores del Centro de Tecnología Repsol y uno de los responsables del programa de combustibles de competición. “Y luego, ganar el Mundial es un tema muy importante por imagen y prestigio”.
El toque mágico
Los ingenieros del Centro de Tecnología Repsol y de Honda concluyen ahora un año de trabajo empleado para tener lista la nueva Honda RC213V que correrá el mundial de MotoGP de 2012. Han trabajado mano a mano para desarrollar tanto el motor de 1.000cc como la gasolina que lo alimentará. Y en esa labor conjunta está la clave.
“Para nosotros lo más importante es que ellos desarrollen el motor con nuestra gasolina”, continúa Maroto. “No es un aditivo el que te va a dar la diferencia. El ‘toque mágico’ lo da ese trabajo coordinado para sacar un poquito de cada lado y conseguir el máximo rendimiento de todo”. La colaboración entre Repsol y Honda se remonta a 1995 y ha dado como resultado 9 Campeonatos Mundiales y 103 victorias en la categoría reina.
El diseño de los nuevos combustibles se inicia con simulaciones por ordenador y fabricaciones a pequeña escala, que pueden llegar a 400 según la dificultad. Después, siguiendo un proceso de eliminación, se ensayan entre 20 y 60 gasolinas en los motores de este laboratorio hasta que se da con dos o tres formulaciones que son enviadas al banco de pruebas de Honda en Saitama (Japón).
Una vez que fabricante, pilotos y equipos han dado su visto bueno, se elabora la gasolina a gran escala en la nave de Blending de combustibles del Centro de Tecnología Repsol. Para las motos Honda de MotoGP se fabrican 40.000 litros anuales tanto para el mundial como para las instalaciones de Japón, “que son cantidades muy elevadas”.
Todo lo que podamos aprender de la competición es totalmente compatible con el producto que vendemos en las estaciones de servicio
Top secret
La alta competición es un mundo en el que todo se lleva con la máxima reserva y la solidez de la colaboración entre Repsol y Honda también se refleja en esto: “Honda ha fabricado dos motores en exclusiva para el desarrollo de productos para su equipo”, cuenta Maroto, “uno lo tienen ellos y otro, nosotros. Y como es tecnología punta debemos tener mucho cuidado para que no salga al exterior y la competencia no pueda verlo”.
Unas precauciones que también se aplican al combustible. “Desde que empezamos a hacer una gasolina, todo es secreto. Pero incluso cuando mandamos los productos a los grandes premios la gente de transporte es de altísima confianza y todos los bidones van precintados, para asegurarnos de que el producto está controlado en todo momento”.
Del circuito a la calle
Este mismo equipo de personas que trabaja para la alta competición diseña también los combustibles que Repsol comercializa en sus gasolineras. “Los grandes campeonatos como MotoGP o la Fórmula 1 tienen como objetivo evaluar tecnologías que cuando los costos sean razonables se trasladen al vehículo de calle”, explica Jaime Gutiérrez, Director Experto en Energía para el Transpote de Repsol. “Por tanto, todo lo que podamos aprender de la competición es totalmente compatible con el producto que vendemos en las estaciones de servicio”.
Gutiérrez hace un paralelismo para explicar cómo la investigación realizada para los circuitos redunda en la calidad de los combustibles comerciales: “Al final, lo que ocurre en la competición es lo que ocurre en nuestro coche de calle. Todos queremos que consuma menos, que mantenga las prestaciones con las que sale de fábrica y que el motor dure más tiempo”.
Última actualización: enero 2012
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