un bosque ayuda a la descarbonización del planeta

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Cada vez nos preocupa más el cambio climático: según una encuesta de las Naciones Unidas, la mayoría de la población mundial lo considera el principal reto al que nos enfrentaremos durante la próxima década. Y es que el crecimiento exponencial de los núcleos urbanos, la agricultura o la ganadería extensivas, entre otros factores, han contribuido a la desaparición de enormes zonas de bosque cuyo papel era fundamental para la absorción del CO2 de la atmósfera. De ahí el valor que tienen los sumideros de carbono, es decir, los sistemas o procesos que permiten extraer gases de la atmósfera y almacenarlos como una solución natural y complementaria para ayudar en el reto de frenar el calentamiento global.

¿Qué es la reforestación?

La reforestación consiste en la recuperación de zonas boscosas destruidas en épocas recientes mediante la plantación de árboles nuevos, normalmente con especies autóctonas

Se trata de la solución principal frente a dos de los fenómenos que más impactan en la degradación de la tierra: la desertificación y la deforestación. Ambas tienen numerosos efectos negativos para el medio ambiente:

  • Pérdida del hábitat de millones de especies, que pueden verse abocadas a la extinción.
  • Alteración del ciclo del agua: disminuye la disponibilidad de agua potable y las lluvias se concentran en áreas más verdes.
  • La erosión conlleva la pérdida de fertilidad del suelo y mayor riesgo de corrimientos de tierra e inundaciones. 

El Protocolo de Kioto y los Acuerdos de París contemplan la reforestación como una de las actividades destinadas a lograr un «desarrollo limpio», siendo una magnífica opción para recuperar biodiversidad y espacios verdes.

¿Cómo se realiza la reforestación de un hábitat?

La reforestación es una poderosa herramienta para combatir el cambio climático y conservar la biodiversidad. Los principales pasos a tener en cuenta a la hora de realizar una reforestación son los siguientes: 

Realizar un estudio de campo

Antes de comenzar, es esencial tener un plan sólido. Decide el lugar adecuado para la reforestación, investiga las cualidades del suelo (profundidad, textura, fertlidad, etc.) Más tarde debes seleccionar las especies de árboles nativos que mejor se adapten al entorno y obtén los permisos necesarios para comenzar la reforestación.

Comienza la plantación

Asegúrate de que el terreno esté limpio de malezas y preparado adecuadamente para recibir los nuevos árboles. Cava agujeros lo suficientemente grandes para las raíces y mantenlos bien espaciados. Además, debes asegúrate de que estén bien apisonados para evitar la formación de bolsas de aire alrededor de las raíces.

Plan de protección y acción

Mantén un registro del crecimiento de los árboles y realiza inspecciones periódicas en busca de posibles enfermedades o plagas. A medida que crecen, asegúrate de que tengan suficiente espacio y luz solar para afianzar así la reforestación del hábitat.

La reforestación y otras soluciones naturales para lograr la descarbonización

Las plantas y los árboles extraen y «secuestran» el dióxido de carbono gracias a la fotosíntesis, fijándolo en sus tejidos y evitando que permanezca en la atmósfera. Su papel es fundamental para la descarbonización, esto es, la disminución de las emisiones de carbono a la atmósfera, especialmente en forma de CO2.

un hombre plantando un árbol, la reforestación es una de las soluciones basadas en la naturaleza

Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN)

Las empresas e instituciones pueden participar en iniciativas con las que tratar de compensar las emisiones de carbono fuera de su ámbito de producción mediante aportaciones económicas voluntarias para invertir en proyectos destinados a absorber, reducir o evitar las emisiones de CO2. Sobresalen las conocidas como Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), destinadas a proteger, restaurar y gestionar los ecosistemas de manera sostenible. Entre sus ventajas, destacan la inmediatez con que pueden aplicarse a gran escala y el menor coste por tonelada de CO2 frente a otras soluciones. Podemos agruparlas en tres grandes bloques: 

  • Gestión forestal
  • Tierras agrícolas y pastizales
  • Humedales y masas de agua

Estas soluciones pueden captar hasta un 37 % de las emisiones necesarias para limitar el calentamiento global a 2 °C en 2030. De ellas destaca su capacidad para almacenar carbono y agua, la reducción de la erosión del suelo, el incremento de la biodiversidad y la generación de ingresos. Se trata de estrategias con un gran potencial para frenar el ritmo del cambio climático y mitigar el riesgo de desastres naturales.

Repsol y la reforestación, clave en nuestra estrategia de transición energética

Un proyecto referente en innovación, en el que, junto con Hispasat, apostamos por la tecnología satelital para la monitorización, seguimiento y control de los bosques.

Fundación Repsol ha invertido en Sylvestris, una empresa social con más de 30 años de experiencia en el sector forestal, especializada en reforestación para la compensación de emisiones y desarrollo rural. Junto a ellos se desarrolla el proyecto Motor Verde. 

Asimismo, Fundación Repsol ha puesto en marcha el primer Fondo ESG de Carbono, con hasta 100 millones para invertir en reforestaciones contra el cambio climático, dentro del proyecto Motor Verde. Un fondo pionero que se ha lanzado junto a Crédit Agricole Indosuez y Portobello Capital. 

Además, gracias a la tecnología en Repsol ahora podemos ofrecer a nuestros clientes iniciativas como Waylet y Vivit, que permiten compensar las emisiones de CO2 del carburante o el gas que consumen, respectivamente.  

Los árboles no solo son un tesoro de incalculable valor, sino también una de las armas más poderosas contra el calentamiento global. Cuidémoslos.

Hoy en día, uno de los grandes objetivos es la reducción de emisiones de CO2 por todos los medios. Existen tecnologías de emisión negativa que permiten capturar el dióxido de carbono del aire para almacenarlo o reutilizarlo en la fabricación de combustibles, productos químicos y materiales de construcción. También es posible reservarlo en depósitos geológicos aislados y fijarlo en suelos agrícolas o forestales. 

Con todo, la tecnología más relevante de la que disponemos hoy día es la conservación de nuestros bosques, la recuperación de espacios verdes y la plantación de árboles donde no los ha habido en los últimos cincuenta años.