Orden en casa

Cómo acomodar las cosas puede aumentar tu bienestar

La definición oficial del término dice del orden que es la “colocación de las cosas en el lugar que les corresponde”, aunque entre sus acepciones también está la de “serie o sucesión de las cosas”. Más allá de sus diferentes interpretaciones, lo cierto es que mantener el orden en casa no es una mera cuestión estética. La organización influye directamente en nuestra calidad de vida y es que, un hogar organizado es sinónimo de tranquilidad, reducción del estrés y mejora de la concentración, cuestiones especialmente relevantes cuando, además de refugio, la casa se convierte en lugar de trabajo. 

Desde este punto de vista, la tarea de organizar la casa es algo más que una obligación cotidiana. En la práctica puede interpretarse como un factor estrechamente relacionado con nuestro rendimiento a todos los niveles. Un entorno caótico puede generar sensación de descontrol y ansiedad, mientras que mantener el orden y limpieza en casa permite poner el foco en nuestras tareas con mayor claridad. Tener un sistema eficiente para acomodar cosas y optimizar los espacios no solo facilita el día a día, sino que ahorra tiempo y esfuerzo en la limpieza y el mantenimiento del hogar. Pero, ¿cómo lograr ese equilibrio entre organización y funcionalidad? Poner en práctica unas sencillas estrategias para ordenar la casa puede ser todo lo que necesitas para empezar a disfrutar los beneficios del orden.

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¿Cómo hacer orden en el hogar?

Quien más y quien menos proyecta en el interior del hogar parte de su esencia. Tal vez por eso, las estrategias para organizar la casa responden, en buena medida, a las singularidades de cada uno. Pese a las diferencias, lo cierto es que el primer paso para lograr el orden y limpieza en casa es adoptar un método que facilite esa organización de una manera efectiva. Como reconoce Williams James, uno de los padres de la psicología científica, 21 días son todo lo que necesitamos para convertir cualquier rutina en un hábito, simplemente, por repetición. A tenor de la teoría, una vez determinada esa rutina, será más fácil aplicarla y conseguir mantener el orden en casa.

Empezar por zonas concretas, evitando abarcar toda la casa de golpe, por ejemplo, puede ser un buen punto de partida. A partir de ahí, hay varias estrategias que podemos poner en práctica para organizar la casa. La regla de los tres pasos es una de las más populares y consiste, básicamente, en:

  • Clasificar. Separar lo que realmente necesitamos de lo que podemos donar, reciclar o descartar. Algo así como aplicar el método de Marie Kondo al orden y limpieza en casa.
  • Categorizar. Organizar los objetos por utilidad y frecuencia de uso.
  • Acomodar las cosas. Asignar un lugar fijo a cada elemento ayuda a evitar el desorden recurrente.

Además de esta regla, hay otras recomendaciones que pueden resultar muy prácticas para resolver cómo ordenar la casa. Dedicar tiempo a identificar las zonas más desordenadas, buscar soluciones, no acumular cosas que no se utilicen o recoger inmediatamente después de usar algo también contribuye a mantener el orden y la limpieza en casa. 

¿Qué beneficios tiene el orden en casa?

  1. Mayor productividad y concentración. No es ningún secreto que más allá de la comodidad, organizar la casa tiene beneficios para la salud y la paz mental. Especialmente para quienes trabajan desde casa, contar con un espacio organizado minimiza el riesgo de estar sometidos a distracciones. En la práctica, esto permite realizar tareas de manera más centrada y eficiente. 
  2. Reducción del estrés. El caos visual puede generar una sensación constante de sobrecarga. Algunos estudios relacionan el desorden con niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés. De acuerdo con la psicología ambiental, los espacios organizados proporcionan una mayor sensación de control y reducen la ansiedad.
  3. Ahorro de tiempo. Desde las llaves del coche hasta ese informe de referencia para una reunión en remoto con un inversor, a lo largo del día podemos enfrentar en innumerables situaciones la tarea de buscar cosas. Pero cuando cada una de esas cosas tiene su lugar, evitamos la pérdida de tiempo que supone tener que buscarlas. Una gran aliada para conseguirlo puede ser la metodología de organización de Marie Kondo que pone el acento en la importancia de mantener solo lo esencial para agilizar las tareas diarias.
  4. Mayor bienestar emocional. Seguro que en más de una ocasión has oído la referencia latina: ‘mens sana in corpore sano’. Aplicado al orden en casa sería algo así como afirmar que vivir en un espacio armonioso contribuye a un estado mental más equilibrado. Acomodar las cosas en su sitio y mantener el orden y la limpieza en casa fomenta la calma y mejora el estado de ánimo.  La psicología del color también sugiere que los espacios despejados con colores neutros pueden promover sensaciones de paz y relajación.
  5. Facilita la limpieza. Mantener el orden y limpieza en casa es mucho más sencillo cuando el espacio está organizado, ya que no se acumula polvo ni objetos innecesarios en rincones olvidados. Además, al reducir la cantidad de elementos visibles, la limpieza se vuelve más rápida y sencilla de acometer.

Hábitos saludables para tener tu casa ordenada

Mantener el orden en casa requiere constancia y los pequeños hábitos diarios que eviten que el desorden vuelva a acumularse son esenciales. No se trata de hacer grandes limpiezas, sino de ir adquiriendo hábitos a través de la repetición de rutinas sencillas que ayuden a organizar la casa.  

  • En el dormitorio. Hacer la cama cada mañana, guardar la ropa después de usarla, evitar acumular objetos en las mesillas de noche, organizar el armario para encontrar la ropa sin esfuerzo… Con pequeños gestos podemos notar grandes beneficios, empezando por la sensación de calma y hasta la calidad del descanso.

  • En la cocina. Es una de las habitaciones más propensas a sucumbir al caos aunque también una en las que, dado su uso habitual, resulta más sencillo implementar rutinas. Guardar los utensilios o accesorios en su sitio después de usarlos, recoger y fregar al terminar de cocinar o comer, son solo algunos ejemplos de gestos que, convertidos en hábitos diarios contribuyen al orden y limpieza en casa. Tampoco está de más revisar la despensa y el frigorífico con frecuencia para descartar productos caducados y mantener el orden en su interior.

  • En el salón. Como ocurre con la cocina, es fácil que este espacio se convierta en un punto de acumulación de revistas, mandos a distancia, juguetes o cables sueltos. Contar con cajas organizadoras o muebles con almacenamiento oculto ayuda a mantener la armonía visual.

  • Home office. La zona de teletrabajo es especialmente sensible cuando se trata de resolver como ordenar la casa. Aquí la organización está estrechamente relacionada con la productividad por lo que, para empezar, es importante delimitar con claridad el área de trabajo. El orden físico -al que puedes contribuir apoyándote en muebles y accesorios como estantes y organizadores-, ayuda a mantener la concentración y minimizar distracciones. Aunque también es importante que mantengas un orden en las tareas definiendo tiempos, haciendo listas o marcando límites a la jornada laboral.

  • En el baño. Los organizadores son un must have para mantener el orden de los productos de higiene pero, como ocurre con la cocina -y salvando las distancias- también es importante revisar regularmente los cosméticos. No es extraño acumular lociones, cremas y similares que, después de un tiempo, pueden caer en desuso por lo que ‘chequear’ esta habitación para crear un ambiente más ordenado y funcional, también es esencial. 

Con independencia de la estancia en la que nos encontremos, un ambiente estructurado promueve una mentalidad organizada en otros aspectos de la vida. Por ejemplo, una cocina bien organizada puede incentivar una alimentación más saludable, lo mismo que una zona de estudio despejada invita a centrar la atención en los libros o un área de trabajo con recursos para acomodar las cosas impulsa la productividad. En definitiva, el orden y limpieza en casa no solo mejoran la dimensión estética del hogar, sino que tienen un efecto directo sobre nuestro bienestar.