Qué es el desarrollo profesional

Impulsa tu talento, alcanza tu potencial

Dinámico, competitivo y en constante evolución, así es el mercado laboral, ese lugar en el que oferta y demanda de trabajo convergen. Adaptarse a las sucesivas transformaciones de este escenario va más allá de adquirir nuevas habilidades o perfeccionar conocimientos. También implica reflexionar sobre el futuro y visualizar cómo queremos crecer en lo personal y, por supuesto, en lo profesional. 

En este contexto, el concepto de desarrollo profesional es un aprendizaje, una herramienta esencial para definir metas, planificar el futuro y permitirnos avanzar al ritmo que lo hace el mercado. Al margen de la rutina diaria, se trata de identificar qué queremos alcanzar y qué pasos debemos dar para lograrlo, mientras fortalecemos nuestra propia confianza y perfeccionamos (cuando no ampliamos) competencias. 

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¿Qué es el desarrollo profesional?

Hablar de desarrollo profesional es hablar de un proceso continuo de aprendizaje, adquisición de habilidades y mejora de competencias que son necesarias para avanzar en una carrera profesional. Sin embargo, esa evolución no se limita a cambiar de puesto o a ascender dentro de una organización. El desarrollo personal y profesional están estrechamente relacionados. Desde este punto de vista, la búsqueda de la satisfacción o el reconocimiento a nivel laboral va acompañada de la alineación con los valores personales y la capacidad de adaptarse a nuevos desafíos.

Plasmar estas cuestiones en un plan de desarrollo profesional implica empezar por hacer una autoevaluación. A partir de ahí, el concepto está abierto a incluir formación académica, networking con otros profesionales, mentorías... Por ejemplo, alguien que decide aprender un idioma para aumentar sus oportunidades laborales está invirtiendo en su desarrollo profesional. Lo mismo curre con quien decide hacer un curso de liderazgo para mejorar sus habilidades de gestión o quienes apuestan por especializarse dentro de su campo. Cada paso suma a la construcción de una carrera laboral que, en la práctica, no solo satisface los objetivos económicos sino las propias metas personales. 

¿Por qué es importante el desarrollo profesional?

Uno de los elementos que explica la importancia del desarrollo profesional tiene que ver con el ritmo al que se producen cambios en el mercado laboral. La innovación constante es un hecho y, desde el punto de vista de cualquier persona, incrementar las competencias y habilidades, permite afrontar nuevos retos con mayor confianza y eficacia. En la práctica, esa seguridad en uno mismo así como la satisfacción por los logros personales se convierten en factores clave para el bienestar emocional.

Además, ejecutar un buen plan de desarrollo profesional también ayuda a mantener la relevancia de cualquier experto en el mercado laboral. Dicho de otro modo, no solo abre la puerta a nuevas oportunidades de crecimiento dentro de la empresa, sino que puede servir para asumir nuevos proyectos dentro y fuera de nuestro sector.  

La satisfacción personal es otro de los elementos que explican la importancia del desarrollo profesional. Al final, alinear formación e intereses personales aumenta la motivación, lo que puede repercutir directamente en la calidad del trabajo. Y aún hay más. Ciertas habilidades, como la gestión del tiempo o el trabajo en equipo, pueden tener aplicación práctica en otros ámbitos contribuyendo con ello al equilibrio entre la vida personal y profesional.

Diferencia entre desarrollo profesional y crecimiento laboral

Aunque desarrollo y crecimiento personal son términos que suelen utilizarse indistintamente, lo cierto es que tienen significados distintos. El desarrollo profesional se centra en la adquisición de conocimientos y habilidades a medio o largo plazo para mejorar tanto personal como laboralmente. Sin embargo, el objetivo principal del crecimiento laboral está más relacionado con prosperar dentro de una organización, ya sea a través de la promoción interna o de los aumentos salariales, por ejemplo.  

Sobre el terreno, por ejemplo, obtener un máster en gestión empresarial formaría parte de un plan de desarrollo profesional porque mejora las competencias generales, mientras que asumir un rol de liderazgo dentro de la empresa sería una muestra de crecimiento laboral. El primero es proactivo, es decir, depende en gran medida de decisiones propias. Sin embargo, el segundo tiene más que ver con factores externos ya que puede estar condicionado por las oportunidades que ofrece el entorno. Lejos de ser excluyentes ambos conceptos son complementarios. Dicho de otro modo: un buen desarrollo profesional puede ser la clave para acelerar el crecimiento laboral.

Pasos para realizar tu desarrollo profesional

  1. Autoevaluación.
    El primer paso para poner en práctica un plan de desarrollo profesional es conocerte a ti mismo. Puedes empezar por hacer una lista con tus fortalezas, debilidades, intereses y valores. ¿Qué te motiva? ¿Dónde te ves en cinco años? Estas y otras cuestiones similares te serán de gran ayuda para determinar el punto de partida. 
  2. Definir objetivos claros.
    Con el origen bien definido el siguiente paso es marcarse objetivos. Establece metas concretas, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido (lo que se conoce como objetivos SMART).  
  3. Crear un plan de desarrollo profesional.
    Diseña un itinerario que incluya actividades concretas: desde asistir a talleres relacionados con tus intereses profesionales hasta, buscar un mentor pasando por adquirir certificaciones o titulaciones que puedan resultar relevantes. Este plan debe ser flexible y revisarse regularmente para adaptarse a posibles  cambios en tus intereses o circunstancias.
  4. Pon en práctica lo aprendido.
    La teoría es importante pero la práctica lo es más. Muchas empresas valoran la experiencia por lo que, una vez hayas adquirido los conocimientos o habilidades que decidas, busca oportunidades para aplicarlo en proyectos concretos.
  5. Networking.
    Establece conexiones con personas en tu campo de interés. ¿Qué tal participar en conferencias o eventos profesionales? Relacionarte con otros profesionales del sector puede abrirte puertas a nuevas oportunidades.
  6. Seguimiento de tu progreso.
    Analizar tus avances y ajustar tu plan según sea necesario es clave para el éxito de cualquier plan de desarrollo profesional. Eso sí, no olvides celebrar los pequeños logros para mantener la motivación.

Ejemplos de desarrollo profesional

  • Formación continua. Imagina, por ejemplo, que Carla es una diseñadora gráfica que, al notar el auge del diseño UX, decide realizar un curso especializado en esta área. Esto no solo amplía su campo de trabajo, sino que también le da un nuevo enfoque creativo. La formación continua es un ejemplo perfecto de desarrollo profesional y abarca desde cursos hasta certificaciones, pasando por talleres, mentorías… 
  • Cambiar de sector. El aprendizaje continuo también está detrás de otro de los ejemplos de desarrollo profesional más populares: el cambio de sector. Realizar un máster, un curso de especialización o similares puede ser todo lo que necesitas para encontrar una nueva oportunidad profesional en otro sector.
  • Asumir retos internos. Aunque el desarrollo profesional también puede llevarse a la práctica en tu misma empresa. ¿Sientes que has tocado techo? Siempre puedes probar a postularte para nuevos proyectos o sumarte a otros que impliquen la resolución de problemas complejos o innovación. 

Repsol y el desarrollo profesional

El desarrollo profesional no es un destino fijo, sino un viaje continuo que integra aprendizaje, esfuerzo y autoconocimiento. En Repsol lo impulsamos desde la base con programas de prácticas en la compañía pero lo completamos con formación continua, movilidad interna y planes de carrera personalizados, fomentando habilidades técnicas, digitales y de liderazgo que nos ayudan a captar y fidelizar talento.