La senda iniciada en Cartagena se ensancha ahora con una inversión superior a 800 millones de euros en la Ecoplanta de Tarragona, cuya puesta en marcha está prevista para 2029. El complejo procesará hasta 400.000 toneladas anuales de residuos sólidos urbanos y las convertirá en 240.000 toneladas de metanol renovable y productos circulares.
Y es que ese metanol se perfila como combustible de bajas emisiones para el transporte marítimo —claves en la ruta europea fijada por la regulación FuelEU Maritime—, como materia prima en la producción de gasolinas y diésel renovables para carretera, y como base para fabricar SAF (Combustible Sostenible de Aviación, por sus siglas en inglés). Además, ofrece una amplia versatilidad en la industria química y la construcción, donde puede sustituir materiales de origen fósil en plásticos, pinturas o adhesivos.